Al estilo de San Juan Bautista

EL LLAMADO DE DIOS

Discernir la voluntad de Dios en la familia como la primera iglesia de casa.

Es San Juan Bautista el último profeta del antiguo testamento y el precursor del inicio de uno Nuevo. Pero son sus padres, Isabel y Zacarías, quienes haciendo parte de ese antiguo pueblo, sin perspectiva alguna de una vida futura, por su avanzada edad, es la misma perspectiva de un pueblo cansado y envejecido, son ellos quienes verdaderamente abren el camino para ese último profeta que será el precursor del Señor. Así que, si se quiere conocer el estilo de vida de San Juan Bautista debemos acercarnos a su familia, a sus padres, pues son ellos quienes reconocen el llamado y el plan de Dios para con su hijo Juan, sea porque Isabel reconoció la obra de Dios cuando su criatura saltó en su vientre o sea porque Zacarías, al recobrar su habla, bendijo al Señor es su cántico. Es el llamado de Dios, a Isabel y a Zacarías, y serán ellos quienes abrirán el camino para que la voluntad de Dios se haga posible en la persona de Juan, como lo dice en su palabra: “Al verlo, Zacarías se turbó, y el temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido oída, y tu mujer Isabel te dará a luz un hijo, y lo llamarás Juan” (Lucas 1, 5-13). 

El llamado de Dios, en el estilo de vida de Juan Bautista, siempre tendrá su origen en la familia, y es en la familia donde se discierne la voluntad de Dios. El señor Dios siempre tendrán su corazón a la familia porque es allí donde se origina la fuente de la vida, sobre todo de una vida espiritual y profética, de una vida de confianza y de alabanza, de una vida que alcanza a comprender los misterios de Dios.

LA VOCACIÓN DE JUAN BAUTISTA

De un pueblo envejecido, sin fe y sin porvenir a un pueblo que comienza a experimentar un nuevo gozo. 

“Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento. Porque él será grande delante del Señor; no beberá ni vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre. Y él hará volver a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios” (Lucas 1:14-17).  Cuando se experimenta la experiencia de la cercanía de Dios la alegría y el gozo aparecen como una nueva atmósfera que oxigena el desencanto de la vida. El estilo de vida de un profeta que nace en un pueblo envejecido se convierte en la promesa de una vocación que promete salvación. Pero no será Juan El Salvador, sólo su profeta, sólo su precursor, porque esa era su vocación. 

 

Vivir al estilo de San Juan Bautista implica reconocer que somos enviados por vocación a anunciar el Reino de la misericordia que trae Jesús como El Salvador.  Esto significa fundamentalmente que somos llamados por vocación a abrir el camino para que Jesús transite con nosotros en su itinerario de compasión – misericordia.

 

LA PREDICACIÓN POR LA CONVERSIÓN

Del llamado a la vocación; de la vocación a la misión.

Juan Bautista lleno del Espíritu de Dios descubrió el llamado y la vocación de Dios, pero fundamentalmente pudo discernir cuál era su misión, cuál era su encargo, cuál era su tarea; comprendió que él no era el centro del mensaje, que él no era el Salvador del mundo, que él no era quién liberaría al pueblo. Descubrió que su misión era preparar a este pueblo envejecido para que recibiera a quien fundaría un nuevo pueblo. Este pueblo envejecido no podría recibir a su Salvador en el estado en el que se encontraba. Este pueblo necesitaba conversión, pues solo un corazón convertido podría recibir a un Dios bueno y misericordioso, de lo contrario sería imposible asumir la salvación. Por eso su insistencia en el arrepentimiento, en bautizarse en agua para purificarse, en otras palabras, como dice el Evangelio; “Juan el Bautista apareció en el desierto predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados. Y acudía a él toda la región de Judea, y toda la gente de Jerusalén, y confesando sus pecados, eran bautizados por él en el río Jordán.” (Marcos 1:4-5). 

Vivir al estilo de Juan el Bautista significa comprender que ha sido llamado y convocado por Dios para una misión específica: predicar la conversión para poder recibir la misericordia de Dios. Vivir al estilo de Juan Bautista es asumir una misión profética que pone en riesgo hasta su propia vida por la vida de quién daría vida en abundancia. La predicación profética que prepara el camino del Salvador es la misión de San Juan Bautista y por ello, vivir al estilo del Precursor significa asumir el compromiso de un profeta convencido de su misión por la misericordia, Porque el llamado a la conversión no es otra cosa que preparar el corazón para recibir a Dios misericordia.

EL PROFETA DE LA MISERICORDIA

Juan Bautista, el profeta del altísimo que anuncia la liberación de la culpa y del pecado.

Es el profeta de la misericordia porque predica el corazón misericordioso del Señor que se dispone a perdonar a todos los que se arrepientan. Es el profeta que predica la luz que nace de lo alto, es decir, el que anuncia la venida definitiva del Mesías, quién liberará al pueblo de la oscuridad y de la muerte, pues con la predicación del Mesías se iluminará a los que viven en tiniebla y sombra de muerte y Él nos dirigirá por el camino de la paz. Predicar proféticamente la misericordia es invitar a la humanidad para que comprenda que Dios salva, que Dios se revela y que Dios perdona. El estilo de Juan Bautista como profeta de la misericordia consiste en abrir o despejar el camino para que Dios – que es Compasión-Misericordia – camine junto con la humanidad para alcanzar su plenitud. 

Ser profeta de la misericordia al estilo de San Juan Bautista significa ser precursores de la entrañable misericordia de Dios, buen palabras del Evangelio: “En cuanto a ti, hijito mío, serás llamado profeta del Dios altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos, para hacer saber a su pueblo que Dios les perdona sus pecados y les da la salvación. Porque nuestro Dios, en su gran misericordia, nos trae de lo alto el sol de un nuevo día, para dar luz a los que viven en la más profunda oscuridad, y dirigir nuestros pasos por el camino de la paz”. (Lucas 1:76-79).

Vivir al estilo de Juan Bautista es dejarse llevar por el Espíritu Santo, dejar que fluya la vocación y la misión profética, a través de la predicación, cuyo mensaje es la conversión del corazón humano para alcanzar la misericordia del corazón de Dios, y ser misericordiosos como Dios lo es.

 

BIBLIOGRAFÍA

Dillmann, R., Paz, C. A. M., & Paz, M. M. (2006). Comentario al Evangelio de Lucas: Un comentario para la actividad pastoral. Verbo Divino.

Biblia. (1995). Dios habla hoy: la biblia, versión popular.